viernes, 6 de febrero de 2009

De más está decirlo

.
De más está decirlo:
. . . . . . . . . . . . . . . . . Callémonos

La noche está pariendo lágrimas
Desde los ojos rojos
me están naciendo estrellas

jueves, 29 de enero de 2009

El lloro

Entre todos los llorares
escojo el menos fuerte
el más enclenque
el menos compartido
.

miércoles, 21 de enero de 2009

Imagen santa

El sexo

gime

(y la muchacha
reza
y sonríe)
.

martes, 20 de enero de 2009

Antes


El despacio nos llenó de sal y nos cubrió
de luto
Despacio que se parece a un después doliente
despacio que nos suena a un desprecio interno
¿Ululan las banderas?

(de los barcos que no conocieron de agua
que viven en montañas
en las altas cumbres
en las nieves blancas…)
.

lunes, 19 de enero de 2009

Con eme


Para Miguel y Ramón
asesinados sin sorpresa
por la silicosis

De muerte.

De máscara que guillotina convertida en humo
en agujero oscuro
en eme.
De mina.
Con eme de mula que vuelve de la noria
de música que tose y sangra
con eme de mirada que sale de un desgarramiento en los pulmones
con eme de los muchos cuerpos macerados
(doblados encima de la voz estrangulada
deshechos por insomnios respirando negro.
ahogos
que van anegando la vida
con accesos)
Los hombres que sacando muerte de la tierra
mueren.
Con eme de mundo sepultado
de manoseada imagen de un entierro.


Con sueño
con manos cubiertas de frío y de cansancio.

Con eme de muerte y de misterio diarios
con eme de mentira que maja y vuelve macilento el cuerpo
de mandato que mancipa vida y la convierte en muerte
de margen, orilla cubierta de espanto
de miedo…
.

miércoles, 14 de enero de 2009

Ángeles sin alas



Para Arturo, para Sebastián

Este rito terrible
que es dormir de noche

(y ángeles deambulan por los sueños)

Dormir oscuro
estrellas y lunas

(ángeles que yacen en las planchas)

tremenda sensación de cuerpo opaco
cubierto de gasa
lleno de arañas
de todo ese terror que es el no verse

(la distancia nunca es tanta
Además el terror se encuentra
aquí en nuestras manos:
no hay distancia que valga la pena mencionarse)

Ni en sueños

La palabra se ahueca en esas ceremonias nocturnas
de cerrar los ojos
y dando un portazo
irnos apegar carteles a las nubes
Irnos a fraguar contiendas con ojos cerrados
A pelear con ángeles de ojos abiertos
A quitarles rangos a los angelitos
A enseñarles su defensa
A decirles qué no es justo
y qué es lo que en verdad merecen
A hablarles de todos los infiernos
los terrestres
A quitarles su aureolita
y, girando con gracia, arrebatarles el arpa
A pretender, sobornando al de las llaves
contrabandearles armas
a enseñarles a tirar en selvas de nubes y de santos
A mostrarles cómo caen los que traicionan

(como piedras caen
se derrumban como fardos
con la bala del desprecio
o del rencor y de la lástima
incrustada entre las cejas)

Todo este rito, estas danzas en la noche
enturbian el ánimo
Y dormimos
Y soñamos

(desparramamos cantos, alabanzas
nos postramos, ofrecemos víctimas
bebemos la sangre…)

Y nos vamos a contarles cuentos revolucionarios

(algo como que las once mil vírgenes de siempre
fueron raptadas por la burguesía
y etcétera)


Y vamos y ponemos en las angelicales
alas
dinamita
La mecha la encendemos
para que nuestros niños tengan almohadones

(y esto a propósito de sueños, solamente)


Contentos, llenos de gozo diabólico
alborozados, comiéndonos las uñas
con las cuerdas del arpa colgamos a los querubines
y todas las flechitas
con las que Cupido envía telenovelas por entregas
las mandamos a las oficinas
a los periodistas
a las presidencias
Flechas que caen y desinflan piscinas
barrigas de gordos negociantes
Caen hasta los campos
donde los grandes señores caminan y juegan
que juegan golf

(y los ángeles llegan y recogen pelotitas
las convierten en granadas
y las lanzan hasta el cielo)


Este rito nocturno
congela la sangre

(sangre coagulada en la garganta
de los ángeles del anfiteatro)

Y nos abrimos paso a puñetazos
entre el sueño
quitamos de la cara el algodón divino
y despertamos en un día lleno de sudor y de rutina

Una rutina con ángeles sin alas
una rutina de máquinas que nos traspasan
de hombres y traidores que nos tragan

(y no caen ni como fardos
ni como piedras caen)

Este rito diario del estar despiertos nos digiere
y nos escupe
o nos vomita
en pleno asfalto
entre horarios y camiones
entre turnos y relojes y bocinas

(Y entonces a los angelitos
terminamos por verlos
solamente
en los periódicos

-sobre una plancha
en un anfiteatro
escurriendo sangre
por los poros
y lágrimas por las heridas
del olvido…)
.

jueves, 8 de enero de 2009

Más libres (o menos)

Por Conrado

Porque y todos compraremos pececitos de colores
los pondremos en peceras tiernas
y mandaremos a la madre (o aún más lejos) las cadenas.

Porque haremos suaves y escarchadas madreselvas
y las enredaremos en las jaulas de los pececitos tiernos
para sentirnos un poquito miserables.

Porque robaremos de los más remotos cielos unas cuantitas estrellas
(de las dulces)
y las echaremos para que peleen con los pececitos del olor a madreselva
sin sentir por ello el menor de los remordimientos.

Porque romperemos los cristales y nos llevaremos joyas cristalinas
y se las colocaremos de collares a la madreselva dulce
y entonces querremos más poner distancia
(y miedos y silencio).

Porque mataremos todo para ser más libres
para ser más menos
para estar clavados como mariposas en la muerte ajena.
.