Si sabemos que la bala mata aún igual que siempre
que deja al muerto bien muerto
como ha hecho siempre.
Sabemos que la bala es asesina.
pero es una bestia.
la bala no razona.
Si el clavo no ha cambiado en su enterrarse
bien profundo
doloroso
quejumbrosamente.
La insolencia es perdurable y dura
además
no la encontraremos en la aurora.
Lo sabremos.
Incómodo el silencio que nos grita desde la otra orilla.
Absurdo el gritarle, suplicarle
que no tire los puentes
que nos lance la esperanza
Para morir felices…
.
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