Alguien
en este pequeño, adolorido y solitario
rincón del mundo
me ha dejado sin luz
No me explico la causa
los recibos lo comprueban
por veintiséis años que debía
he entregado
hasta mis ojos
(uno de mis últimos tesoros –aunque un poco maltratados, claro)
para poder tener a cambio
una frágil lucecita que me alumbre
y me haga ver iluminado
y con efectos mágicos
este cielo frío
que me da la vuelta
Pero alguien sopló su aliento
inconmovible hacia la vela
Y desde entonces
en mis cuencas vacías no penetra
ni un rayito
una claridad de día
un halo invisible de la luna
Por los dos deshabitados huecos
asustados hoyancos pegajosos
no se cuela desapercibida
ni una estrella
En esto que era mi mirada
ya no habrá una imagen
Solamente resbala
violando un hilo tembloroso
eso que se llama oscuro
Silencio profundo
Gota salada
Llanto.
.
1 comentario:
Triste pero hermoso.
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