Por Conrado
Porque y todos compraremos pececitos de colores
los pondremos en peceras tiernas
y mandaremos a la madre (o aún más lejos) las cadenas.
Porque haremos suaves y escarchadas madreselvas
y las enredaremos en las jaulas de los pececitos tiernos
para sentirnos un poquito miserables.
Porque robaremos de los más remotos cielos unas cuantitas estrellas
(de las dulces)
y las echaremos para que peleen con los pececitos del olor a madreselva
sin sentir por ello el menor de los remordimientos.
Porque romperemos los cristales y nos llevaremos joyas cristalinas
y se las colocaremos de collares a la madreselva dulce
y entonces querremos más poner distancia
(y miedos y silencio).
Porque mataremos todo para ser más libres
para ser más menos
para estar clavados como mariposas en la muerte ajena.
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1 comentario:
Hay que quemar el cielo si es preciso...¿te acordás de esa canción de Silvio? Tremenda y bella.
Como tu poema con peces de colores de libertad y de sueños.
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