jueves, 16 de octubre de 2008

La cosquilla

Dios:
¿Qué no entiendes que no quiero tu soplo?
Menos en los oídos. Como acostumbras
Ni en el cuello
ni en las piernas no lo quiero

Dámelo si quieres en la boca
o en los dientes y en la lengua
ya que insistes

Pero no me soples en las corvas
y en la nuca
no me soples el cabello
ni los dedos
ni las palmas
ni las plantas
no me soples

Sóplame en los ojos
y dame una lágrima de azúcar
sóplame en el pecho
y haz que mis pezones
se levanten
en tu búsqueda

Dios, pero no
¿Que no entiendes que no quiero tu soplo?
Yo de ti quiero otra cosa
No tu soplo
(Se agradece, sin embargo)
,

1 comentario:

Unknown dijo...

Y el tipo se queda en el soplido, dejando en el aire una promesa que tal vez (pongámoslo así) no cumplirá. ¿O es que gusta de hacer bromas? Pero para eso están los fantasmas.
Que Dios sople en última instancia no hay problema pero que no se las tome con la ropa colgada. Y con las cortinas.

Un beso ¿soplado?